The Stone, the Sorrow es un objeto coreográfico diseñado para tres intérpretes. Propone un imaginario fantástico, en el que cada intérprete es mitad humano y mitad cabra, contrastando con una escenografía real y desnuda, constituida por el esqueleto técnico de los teatros donde se representa, como las canteras abandonadas en Portugal, asumiendo que son heridas en el paisaje y lugares de extracción humana, frente a la idea de Familia, donde las relaciones sufren procesos de desgaste, abandono y reconstrucción.